Uno de las primeras cosas que hago cuando creo una nueva campaña de Google AdWords es separar búsquedas de contenidos. De lo contrario estaría mezclando peras con limones. Aquí explicoporqué.
Por defecto, Google AdWords te anuncia en todos lados. Es decir, si no le paras, tu anuncio aparecerá tanto en los resultados de búsqueda en Google como en la red de páginas web que tienen un acuerdo con Google (lo que se llama "red de contenidos"). Pero esto es un error:
- No es lo mismo un cliente que está buscando activamente tu producto en Google que uno que está leyendo un artículo relacionado con tu producto.
- En el caso anterior, cuando se encuentren y cliquen tu enlace patrocinado, sus comportamientos de compra serán muy diferentes
- Por ello, lo que funciona con el primero puede no funcionar con el segundo
Mi consejo, monta campañas para cada tipo de fuente de clientes:
A) Campañas de SÓLO búsqueda:
B) Campañas de SÓLO contenido:
(Nota: Puedes hilar más fino, separando a su vez cada una en varias. Mejoras la eficacia, pero también aumentas la complejidad operativa)
Según mi experiencia, las visitas que vienen de resultados de búsquedas suelen ser de más calidad que los que vienen por la red de contenidos. No por algo son visitas que tenían un interés inicial más genuino. Los segundos, los que se encontraron el anuncio por azar, suelen ser más mirones que compradores.
Los clientes que gestionamos obtienen el 80% de sus resultados con el primer tipo, las campañas de contenido son siempre secundarias.
Pero no siempre es así. Por ejemplo, las campañas de AdWords que utilizo para promocionar mi negocio en www.gorkagarmendia.com son casi todas de contenido. Es decir, me resulta más rentable anunciarme en webs que en Google, hasta el punto que prácticamente he tenido que dejar de salir en el buscador (pero no me rindo).
En definitiva, si no quieres mezclar peras con limones, empieza siempre separando búsquedas de contenidos. A la larga verás los "frutos".
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